Creerás tu que al momento en el que llegó el asistente ni "buenas tardes" dijo, nos empujó para ver el problema. Traía varios boletos para meterlos a la máquina y así cobrar la tarifa correspondiente, y en cuanto metió el boleto bueno la tarifa que se señaló fue de diez pesos, obviamente los pagamos y el asistente se retiró como si nosotros no existieramos ya que no se despidió como lo tiene que hacer una persona educada y la civilizada.
Dirás tu que somos unos codos por los diez pesos que pagamos -sólo duramos 40 minutos en la plaza- cuando se supone que en cualquier problema la persona capacitada para eso tiene que realizar un trato amable y educado, además de que nuestro tiempo no nos lo repone nadie y nos teníamos que retirar para seguir trabajando.
Yo no sé si el asistente tiene un problema personal o no le han de pagar muy bien, pero eso no nos importa ya que como clientes debemos recibir una buena atención y cooperar cuando se presente un problema para que sea solucionado a la brevedad.
Pero estos cuates abusan porque son, digámoslo así, un monopolio. Así que si tienes un negocio, la amabilidad es clave para que tus clientes regresen y te recomienden.
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