jueves, 4 de junio de 2009

Malo y caro

Hoy andaba con mi señor padre en Galerías viendo algunas cosas para comprar, comer un buen helado y salirse un rato de la rutina. Sin embargo, a la hora de retirarnos las máquinas del estacionamiento no aceptaban nuestro boleto puesto que marcaba un error, en eso mi señor padre llama a asistencia y a eso de los cinco minutos llegó.

Creerás tu que al momento en el que llegó el asistente ni "buenas tardes" dijo, nos empujó para ver el problema. Traía varios boletos para meterlos a la máquina y así cobrar la tarifa correspondiente, y en cuanto metió el boleto bueno la tarifa que se señaló fue de diez pesos, obviamente los pagamos y el asistente se retiró como si nosotros no existieramos ya que no se despidió como lo tiene que hacer una persona educada y la civilizada.

Dirás tu que somos unos codos por los diez pesos que pagamos -sólo duramos 40 minutos en la plaza- cuando se supone que en cualquier problema la persona capacitada para eso tiene que realizar un trato amable y educado, además de que nuestro tiempo no nos lo repone nadie y nos teníamos que retirar para seguir trabajando.

Yo no sé si el asistente tiene un problema personal o no le han de pagar muy bien, pero eso no nos importa ya que como clientes debemos recibir una buena atención y cooperar cuando se presente un problema para que sea solucionado a la brevedad.

Pero estos cuates abusan porque son, digámoslo así, un monopolio. Así que si tienes un negocio, la amabilidad es clave para que tus clientes regresen y te recomienden.

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